Analícelo, piénselo…. Puede ser
uno de sus padres, un hermano, familiar, un amigo, o hasta un vecino.
A veces tenemos conceptos de
dignidad equivocados, y sentimos que los demás nos hacen profundos rasguños
emocionales, en un marco situacional en donde no hubo intención de hacernos tal
intención.
¿Cuantas veces usted no ha ofendido a alguien
sin intención? Entonces porqué consideras como imperdonable cuando lo hace otra
persona, a diferencia de cuando consiente o inconscientemente lo haces usted
mismo.
Recordemos que la vida se va, y
muchas veces demasiado pronto, y mientras tanto nos privamos de los que puede
ser una gratificante presencia.
No debemos practicar el llamado “Castigo para
toda la Vida”. No espere que sea demasiado tarde…….
Buscar la reconciliación de una
relación distante no es humillarse ante los ojos de la otra persona, es
practicar la grandeza personal. No piense en el que dirán, piense en lo que
usted mismo se dice y siente internamente, piense en su paz espiritual.
Piénselo…. A quién puede llamar….